L'escàndol dels fàrmacs


#1

Un metge català pot prescriure uns 18.000 fàrmacs finançats per CatSalut. Els fàrmacs essencials, segons l’OMS, no arriben als 500. Jo hagués pogut exercir la meva especialitat només amb els fàrmacs essencials de l’OMS.


#2

El comportamiento de las grande industrias farmacéuticas es delictivo, sin tapujos. Encarecen artificialmente “nuevas versiones” de medicamentos que han venido funcionando igual o mejor que los nuevos. Crean medicamentos con una tal cantidad de efectos secundarios, que resultan más perniciosos que beneficiosos para los enfermos. Las consecuencias de la toma de algunos medicamentos provoca graves enfermedades y muertes, que las grandes compañías ya tienen previstas, puesto que prefieren pagar multas (a vedes astronómicas) y seguir comercializando sus productos, a sabiendas de que pueden matar.
“Crean” incluso enfermedades, para poder vender sus medicamentos. Situaciones que nunca se habían considerado enfermedades ahora son consideradas como tales y, por supuesto, existe el medicamento “adecuado” para tratarlas.
Las personas, en general, están sobremedicadas. Hay anuncios de medicamentos por todas partes, animándote a consumirlos para poder disfrutar del fin de semana, para no “perderte nada”. Hay automedicación no controlada, etc. etc.
Esto daría (ya lo ha hecho) para libros enteros.
Salud y ánimo, que está el asunto difícil


#3

Por lo tanto habrá que pensar en crear una INDUSTRIA FARMACÉUTICA PÚBLICA que produzca los medicamentos necesarios y los ponga en el marcado a precio real, que será la suma de: materia prima, salario justo de los trabajadores, gastos de investigación, mantenimiento y comercialización… y seguramente algo que no sé. Pero sin ganancias escandalosas de la industria farmacéutica privada… sin hablar de su comportamiento puramente mercantil y, con tanta frecuencia tan carente de ética que roza (o más) el delito contra la salud pública.
Las dificultades serán inmensas porque las grandes corporaciones lo tiene todo bien atado, no sólo el mercado sino también la legislación internacional.
Pero no podemos admitir que se fabriquen medicamentos a medida de los países ricos, de los ricos entre los ricos, o de lo que más se vende, o de la edulcoración (real y metafórica) de medicamentos anteriores para cambiarles el nombre y subirles el precio. Mejor si son de mucho uso y no los acoge la Seguridad Social o las mutuas.
A ver cómo nos las apañamos.


#4

Estoy contigo, se debería navegar hacia una regularización de las industrias/sectores estratégicos. Al igual que la sanidad, los medicamentos a día de hoy son clave para la vida de las personas, si queremos una población sana para estar activa, se necesitan medicamentos asequibles para todo el mundo.

Uno de los casos más alarmante es el de la hepatitis C. La empresa que desarrolló la vacuna varía el precio dependiendo del PIB del país donde la venden. Se entiende que haya el precio de la investigación invertida y algo de beneficio al ser una empresa privada para que se encarezca el valor del producto, pero no a niveles tan elevados como pasó en este caso. Finalmente en el Estado Español se subvenciona, la vacuna de la hepatitis C, quedando que la empresa sigue ganando la gran diferencia de valor añadido gracias al individuo a curarse y el conjunto de la sociedad.

La otra solución que existe y se ha de plantear retando al neoliberalismo desde el proyecto UPEC es: Exigir a la industria farmacéutica bajar el precio a un precio coherente de medicamentos estrategicos/vitales o desarrollar el producto de forma soberana en laboratorios públicos ignorando cláusulas de patentes.