Una ética persona
Partimos de la base que ética, es la decisión correcta o incorrecta que toma la persona y que esa decisión afecta a otra u otras personas, en el ámbito en el que actúa.
Creemos que toda persona nace siendo ni buena ni mala, también que es única, tanto física como interiormente, por lo cual debe ser tratada en toda su dignidad y los derechos que tiene al nacer. (derecho a la vida, vivienda, libertad de pensar y de actuar).
La persona con toda la dignidad que le confiere el haber nacido, existe en relación a la actuación con las otras personas, que son las que la reconocen, y la otra que se reconoce en ella, en una interacción continua.
Observamos que la base de un grupo humano, una comunidad, esta formada por personas de diferentes razas, sexos, nacionalidades, religiones, estatus sociales y que cada una trae su propia herencia ética, su memoria histórica, cultural y política.
Para la construcción de un núcleo familiar, comunidad, país o nación es necesario dotarnos de un eje articulador ético, el cual lo concreta la persona.
Un grupo humano esta formado por personas, y es la persona, el sujeto, la base sobre la que se formara una comunidad, país o nación y es ese sujeto el que contribuye con sus acciones a la construcción de esa comunidad y por lo tanto ese sujeto creador ha de tener una base ética que contribuya a su entorno.
El Hacer de ese sujeto, esa persona, refleja a su núcleo familiar o comunidad, por lo cual desde ese lugar se ha de gestarse la imagen, el hacer, el sentir, de todo un grupo o comunidad.
Es necesario plantearse una base ética como grupo, sin olvidar que ese grupo esta constituido por el individuo, la célula principal de cualquier núcleo familiar o comunidad.
En el contexto de grupo, de la comunidad, la coherencia del individuo juega un papel importante tanto en lo privado como en lo publico, de allí irradia el efecto confianza
Las antiguas culturas nos invitan a reflexionar y quizás a inspirarnos en principios regidores de sus vidas, sin por ello idealizarlas, sino mas bien como una fuente de inspiración, para que cada cual busque en sus raíces aquellos principios que rijen su vida. Los antiguos mayas, los toltecas, los aimaras, indues, japoneses, tienen saludos cotidianos en los cuales expresan el reconocimiento del otro como su igual. Los toltecas sabios y precisos van mas allá, profundizan en la psique de la persona con sus famosos cinco acuerdos, donde invitan a honrar la palabra hacia una misma y hacia los otros, a cumplirla, a no tomarse cualquier insulto o agravio de manera personal, a evitar las suposiciones que llevan a malentendidos, a hacer lo mejor que podamos nuestras tareas en el lugar que nos encontramos. Nos invitan a dudar y a descubrir el mensaje, la intención de las palabras. Los aymaras nos hablan de tres principios, Ama sua, Ama Llulla, Ama Kella, que quiere decir, evita robar, mentir y evita la pereza.
Estos principios son una invitación a la búsqueda en cada cultura de los propios, aquellos con los cuales nos sentimos identificados. Como dijimos anteriormente la persona es el reflejo de su entorno, así pues, es de vital importancia educar desde pequeños en principios y valores para que realmente sea posible devolverle la ética no solo a las instituciones sino a la sociedad toda.
El efecto individual de las acciones éticas muestran al ciudadano, a la ciudadana en quienes se puede confiar.